diumenge, 23 d’agost del 2015

MUSÉE SOULAGES À RODEZ



Una extraordinària conjunció d'art i arquitectura. Imprescindible.



PIERRE SOULAGES À RODEZ

Pierre Soulages, una de las principales figuras de la abstracción, es el pintor contemporáneo francés más conocido en el mundo. 

Es Rodez, su ciudad natal, a la que honra, junto con su esposa Colette, con dos donaciones (2005 y 2012), sumando cerca de 500 obras que reflejan el conjunto de su producción, desde los óleos de la posguerra hasta el Outrenoir. El color negro define el universo de Soulages : el museo de Rodez demostrará que éste es aún más rico.

La donación de cerca de 100 pinturas sobre papel, incluyendo los valiosos Brous de nueces. Iniciado a mediados de los años cuarenta, ponen en valor un material propio del artesano y manifiestan desde el origen la concepción muy personal en Soulages de la abstracción. Poco representadas en las colecciones públicas, estas obras de los años 1946 - 1948 se encuentran entre las obras maestras del artista, tanto como los Outrenoirs desde 1979 . Las pinturas sobre papel forman un conjunto único que incluye gouaches lineales, epuradas, de los años 70.

LAS PINTURAS

« Quise elegir pinturas de los primeros años », dice Pierre Soulages. La selección abarca un período de 1946 a 1970. A partir de un cubrimiento parcial o total de la tela con color negro, el artista trabaja las transparencias : raspa el material, desvela los fondos con azules, rojos, marrones...

EL MUSEO

Diseñado por los catalanes RCR Arquitectes, asociados a los arquitectos Passelac & Roques, y a los ingenieros Grontmij et Thermibel, el edificio resueltamente moderno se extiende sobre 6.600 m2. Su sucesión de cubos cubiertos de vidrio y de acero Corten, pone de relieve los matices del óxido y se integra en el entorno paisajístico. Pasajes y aberturas ofrecen distintos puntos de vista del parque, la ciudad y, más allá, de los montes de Aveyron. Rafael Aranda, Carme Pigem y Ramón Vilalta, unidos bajo el nombre de RCR Arquitectes, trabajan juntos desde 1988 en Olot, Cataluña. 

Respetuoso con el paisaje circundante, el edificio se organiza en una serie de volúmenes rectangulares. Los intervalos son una reminiscencia de la tradicionales fenestras del Aveyron, que ofrecen una vista sobre el horizonte e invitan a la contemplación. Con vistas al jardín, la fachada sur no supera los tres metros, mientras que en el norte, las cajas están como suspendidas por encima de un sendero.


Extracte de























































































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